Modo Oscuro

Obras Oscuras De Los Caballeros Templarios, Su Ascenso Y CorrupciĆ³n

mar 2, 2021
Por Kevin Farringdon

No mucha gente sabe que los orĆ­genes de la masonerĆ­a residen en un grupo que durante la Ć©poca medieval eran conocidos como los Caballeros Templarios. Este grupo controvertido inicialmente ayudĆ³ a cumplir con la solicitud del Papa Urbano II de conquistar las tierras santas (JerusalĆ©n) en nombre del cristianismo solo para terminar siendo perseguido por la misma Iglesia que habĆ­an protegido durante cientos de aƱos.

La cruz templaria junto con un caballero templario y la cabeza de baphomet

Poco se supo de la Orden durante sus primeros nueve aƱos. Pero en 1129, despuĆ©s de que la iglesia los sancionĆ³ oficialmente en el Consejo de Clermont, se hicieron muy conocidos en Europa. Sus campaƱas de recaudaciĆ³n de fondos pidieron donaciones de dinero, tierra o hijos nobles para unirse a la Orden, con la implicaciĆ³n de que las donaciones ayudarĆ­an tanto a defender JerusalĆ©n como a garantizar el donante caritativo de un lugar en el Cielo.

Los esfuerzos de la Orden fueron ayudados sustancialmente por el patrocinio de Bernard de Clairvaux, el principal hombre de iglesia de la Ʃpoca y sobrino de uno de los nueve caballeros originales. Al principio, la Orden habƭa sido objeto de fuertes crƭticas, especialmente del concepto de que los hombres religiosos tambiƩn podƭan portar espadas.

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En respuesta a estas crĆ­ticas, el influyente Bernard de Clairvaux escribiĆ³ un tratado de varias pĆ”ginas titulado De Laude Novae Militae o "Elogio de la Nueva CaballerĆ­a", en el que defendiĆ³ su misiĆ³n y defendiĆ³ la idea de una orden religiosa militar apelando a la larga teorĆ­a cristiana de la guerra justa, que legitimaba "tomar la espada" para defender a los inocentes y a la Iglesia de ataques violentos. Al hacerlo, Bernard legitimĆ³ a los templarios, que se convirtieron en los primeros "monjes guerreros" del mundo occidental. Bernard escribiĆ³:

“Un caballero templario es verdaderamente un caballero intrĆ©pido y seguro por todos lados, ya que su alma estĆ” protegida por la armadura de la fe, asĆ­ como su cuerpo estĆ” protegido por la armadura de acero. Por lo tanto, estĆ” doblemente armado, y no necesita temer ni demonios ni hombres”.

Comprender quiĆ©nes son los caballeros templarios es la clave de este reporte, ya que proporciona una base real para comprender la religiĆ³n y la filosofĆ­a que sustentan la masonerĆ­a actual.

Los Cruzados Cristianos

Aunque comĆŗnmente se cree que los cruzados fueron motivados por su profunda fe cristiana, las cruzadas fueron en realidad guerras inspiradas por la avaricia. En una Ć©poca de extrema pobreza y miseria prevaleciente en Occidente, las atracciones de Oriente, en particular, la riqueza y la prosperidad de las sociedades musulmanas, jugaron en las mentes de los europeos, especialmente en la Iglesia. Estas atracciones, reforzadas con enseƱanzas cristianas, engendraron la mentalidad de los cruzados, aparentemente motivadas por la religiĆ³n, pero en realidad motivadas por deseos mundanos.

Esta es la razĆ³n por la cual los cristianos, que habĆ­an seguido polĆ­ticas mĆ”s o menos pacĆ­ficas en los 1,000 aƱos anteriores, de repente comenzaron a mostrar un apetito por la guerra, especĆ­ficamente, la "liberaciĆ³n" de la ciudad santa de JerusalĆ©n y Palestina en su conjunto.

Podemos rastrear los comienzos de las cruzadas hasta noviembre de 1095, cuando el Papa Urbano II reuniĆ³ al Consejo de Clermont. Trescientos miembros del clero se reunieron bajo su presidencia. Las doctrinas pacifistas que habĆ­an dominado la cristiandad fueron abandonadas, sentando las bases para la conquista.

Urbano II en el Concilio de Clermont

Al cierre del Concilio, Urbano II anunciĆ³ este estado de cosas en su famoso discurso ante una congregaciĆ³n que comprendĆ­a todas las clases sociales, exigiendo que los cristianos detengan las luchas internas y las guerras entre ellos. El Papa les pidiĆ³, ya sean ricos o pobres, aristĆ³cratas o campesinos, que se unan bajo una sola bandera y liberen la tierra santa de los musulmanes. Para Ć©l, esto era "una guerra santa". La abrumadora respuesta a este llamado hizo historia. En un perĆ­odo muy corto de tiempo, se formĆ³ un enorme "ejĆ©rcito de cruzados", compuesto no solo por guerreros profesionales, sino tambiĆ©n por diez mil personas comunes.

Algunos historiadores sugieren que los reyes empobrecidos de la cristiandad, ansiosos por explotar las legendarias riquezas de Oriente, presionaron al Papa para que llamara a una "guerra santa". Otros encuentran un motivo completamente diferente para el Papa Urbano II, sugiriendo que deseaba ganar el poder y prestigio para sĆ­ mismo a expensas de un rival que dice tambiĆ©n ser Papa. Pero en realidad, todos los reyes, prĆ­ncipes, aristĆ³cratas y otros que hicieron este llamado lo hicieron para propĆ³sitos mundanos. Donald Queller de la Universidad de los estados de Illinois menciona:

"Los caballeros franceses querĆ­an mĆ”s tierra. Los comerciantes italianos esperaban expandir el comercio en los puertos del Medio Oriente ... Un gran nĆŗmero de personas pobres se unieron a las expediciones simplemente para escapar de las dificultades de sus vidas normales".

En el camino, hordas codiciosas asesinaron a innumerables musulmanes y judĆ­os con la esperanza de encontrar oro y joyas. Entre los cruzados, era una prĆ”ctica comĆŗn destripar a sus vĆ­ctimas con la esperanza de que se hubieran tragado su oro y sus joyas para esconderlas. En la Cuarta Cruzada, su avaricia llegĆ³ al punto de saquear la Constantinopla cristiana, rascando pan de oro de los frescos de la Catedral de Santa SofĆ­a.

En Los Monjes de la Guerra, el investigador Desmond Seward narra los eventos de estos trƔgicos dƭas:

“JerusalĆ©n fue asaltada en julio de 1099. La ferocidad rabiosa de su saco mostrĆ³ cuĆ”n poco habĆ­a logrado la Iglesia cristianizar los instintos atĆ”vicos. Toda la poblaciĆ³n de la Ciudad Santa fue atacada, tanto judĆ­os como musulmanes, 70,000 hombres, mujeres y niƱos perecieron en un holocausto que se prolongĆ³ durante tres dĆ­as. En algunos lugares, los hombres vadeaban con sangre hasta los tobillos y los jinetes se salpicaban con ella mientras cabalgaban por las calles.”

 

La primera cruzada terminĆ³ con la caĆ­da de JerusalĆ©n en 1099. DespuĆ©s de 460 aƱos de dominio musulmĆ”n, La Tierra Santa quedĆ³ bajo el control cristiano. Los cruzados establecieron un reino que se extendĆ­a desde Palestina hasta AntioquĆ­a e hizo de JerusalĆ©n su capital.

A partir de entonces, los cruzados comenzaron a luchar para establecerse en el Medio Oriente. Pero para mantener el estado que habĆ­an fundado, necesitaban organizarse y, para lograrlo, establecieron Ć³rdenes militares sin precedentes. Los miembros de estas Ć³rdenes habĆ­an emigrado de Europa y, en Palestina, vivĆ­an una especie de vida monĆ”stica. Al mismo tiempo, se entrenaron para la guerra contra los musulmanes. Una de estas Ć³rdenes fue por una ruta diferente, experimentando un cambio que alterarĆ­a significativamente el curso de la historia en Europa y, eventualmente, en el mundo: los Caballeros Templarios.

Los Caballeros Templarios

Unos 20 aƱos despuĆ©s de la conquista de JerusalĆ©n y la creaciĆ³n de un Imperio, los templarios aparecieron por primera vez en la escena de la historia. TambiĆ©n conocidos como templarios o caballeros templarios, el nombre completo y propio de la orden era Pauperes commilitones Christi Templique Salomonis, o "Pobres compaƱeros soldados de Cristo y el Templo de SalomĆ³n".

Una gran parte de la informaciĆ³n que tenemos hoy sobre los templarios fue registrada por el historiador del siglo XII Guillaume de Tiro. La orden fue fundada en 1118 por nueve caballeros: Hugues de Payens, Geoffrey de St. Omer, Rossal, Gondamer, Geoffrey Bisol, Payen de Montdidier, Archambaud de St. Agnat, Andre de Montbard y Hugh Conte de Champagne.

AsĆ­ naciĆ³ en silencio una de las organizaciones mĆ”s comentadas, efectivas y poderosas de la Europa medieval. Estos nueve caballeros se presentaron ante Balduino II, el Emperador de JerusalĆ©n, pidiĆ©ndole que les asigne la responsabilidad de proteger las vidas y la propiedad de los muchos peregrinos cristianos que ahora acuden a JerusalĆ©n desde toda Europa.

Hugo de Payens, el primer Templario.

El Emperador conocĆ­a a Hugues de Payens, el primer Gran Maestro de la orden, lo suficientemente bien como para concederles a los nueve su solicitud. En consecuencia, el distrito donde alguna vez estuvo el Templo de SalomĆ³n (y para entonces, que incluĆ­a el sitio de la Mezquita al-Aqsa, que sobrevive hasta nuestros dĆ­as), fue asignado a la orden de los templarios, dando su nombre a la orden.

Los templarios se habĆ­an establecido allĆ­ por elecciĆ³n, porque el sitio del Templo representaba el poder terrenal del profeta SalomĆ³n; y los restos del templo contenĆ­an grandes secretos. Proteger la Tierra Santa y los peregrinos cristianos fue la razĆ³n oficial que dieron los nueve fundadores para unir fuerzas y crear la orden en primer lugar. Pero la verdadera razĆ³n detrĆ”s de todo esto era completamente diferente.

En ese momento, habĆ­a una serie de otras Ć³rdenes de monjes guerreros en JerusalĆ©n, pero todos actuaban de acuerdo con sus privilegios. AdemĆ”s de entrenarse como soldados, los Caballeros de San Juan, una gran organizaciĆ³n tambiĆ©n conocida como los Caballeros Hospitalarios se ocuparon de los enfermos y los pobres y estaban realizando otras buenas obras en Tierra Santa. Sin embargo, los templarios se habĆ­an encargado de proteger las tierras entre Haifa y JerusalĆ©n, una imposibilidad fĆ­sica para que los nueve caballeros se hicieran cargo ellos solos. Incluso entonces, ahora era obvio que buscaban ganancias tanto polĆ­ticas como econĆ³micas, aparte de realizar obras de caridad.

En Morales y Dogma, uno de los libros mĆ”s populares de la masonerĆ­a, el Maestro Albert Pike (1809-1891) revela el verdadero propĆ³sito de los templarios:

“En 1118, nueve Caballeros Cruzados en el Este, entre los cuales se encontraban Geoffroi de Saint-Omer y Hughes de Payens, se consagraron a la religiĆ³n y tomaron un juramento entre las manos del Patriarca de Constantinopla, una Sede siempre secreta o abiertamente hostil a la de Roma desde la Ć©poca de Photius. El objetivo declarado de los templarios era proteger a los cristianos que vinieron a visitar los Lugares Sagrados: su objeto secreto era la reconstrucciĆ³n del Templo de SalomĆ³n en el modelo profetizado por Ezequiel".

Los caballeros templarios, continuĆ³, estaban desde el principio "dedicados a ... la oposiciĆ³n a la tiara de Roma y la corona de sus jefes ...". El objetivo de los templarios dijo, era adquirir influencia y riqueza, luego "intrigar y necesitar luchar para establecer el dogma joanista o gnĆ³stico y cabalĆ­stico”.

AdemĆ”s de la informaciĆ³n que proporciona Pike, los autores ingleses de La Clave Secreta de Hiram, Christopher Knight y Robert Lomas, ambos masones, escriben sobre el origen y el propĆ³sito de los templarios. SegĆŗn ellos, los templarios descubrieron "un secreto" en las ruinas del templo. Esto luego cambiĆ³ su cosmovisiĆ³n; y a partir de entonces, adoptaron enseƱanzas no cristianas. Su "protecciĆ³n para los peregrinos" se convirtiĆ³ en un frente detrĆ”s del cual ocultaron sus verdaderas intenciones y actividades.

No hay evidencia de que estos templarios fundadores alguna vez hayan brindado protecciĆ³n a los peregrinos, pero, por otro lado, pronto descubrimos que hay pruebas concluyentes de que llevaron a cabo extensas excavaciones debajo de las ruinas del Templo de Herodes [como se llamĆ³ el templo de SalomĆ³n despuĆ©s de que Herodes lo reconstruyĆ³].

Los autores de La Clave Secreta de Hiram no son los Ćŗnicos investigadores que encuentran evidencia de esto. Escribe el historiador francĆ©s, Gaetan Delaforge:

"La verdadera tarea de los nueve caballeros era llevar a cabo una investigaciĆ³n en el Ć”rea, a fin de obtener ciertas reliquias y manuscritos que contienen la esencia de las tradiciones secretas del judaĆ­smo y el antiguo Egipto".

En La Clave Secreta de Hiram, Knight y Lomas concluyen que los templarios excavaron elementos de tal importancia en el sitio que adoptaron una visiĆ³n del mundo completamente nueva. Muchos otros historiadores sacan conclusiones similares. Los fundadores de la orden y sus sucesores fueron todos de educaciĆ³n cristiana, sin embargo, su filosofĆ­a de vida no era cristiana.

A finales del siglo XIX, Charles Wilson, de los Ingenieros Reales, comenzĆ³ a realizar investigaciones arqueolĆ³gicas en JerusalĆ©n. LlegĆ³ a la conclusiĆ³n de que los templarios habĆ­an ido a JerusalĆ©n a estudiar las ruinas del templo y, a partir de la evidencia que Wilson obtuvo allĆ­, que los templarios se habĆ­an establecido en las proximidades del templo para facilitar la excavaciĆ³n y la investigaciĆ³n. Las herramientas que dejaron los templarios forman parte de la evidencia que Wilson reuniĆ³, y ahora estĆ”n en la colecciĆ³n privada del escocĆ©s Robert Brydon.

SegĆŗn los autores, la bĆŗsqueda de los templarios no fue en vano. Hicieron un descubrimiento que alterĆ³ por completo su percepciĆ³n y perspectiva del mundo. A pesar de haber nacido y ser criados en una sociedad cristiana, adoptaron prĆ”cticas totalmente no cristianas.

Los rituales y ritos de magia negra y los sermones de contenido perverso eran una prĆ”ctica comĆŗn. Existe un consenso general entre los historiadores de que estas prĆ”cticas se derivaron de la CĆ”bala.

La CĆ”bala literalmente significa "tradiciĆ³n oral". Siendo una rama esotĆ©rica del judaĆ­smo mĆ­stico, la CĆ”bala es tambiĆ©n una escuela que investiga el secreto, lo oculto y el significado de la TorĆ” (o los primeros cinco libros de MoisĆ©s) y otros escritos judĆ­os.

Hay mĆ”s, sin embargo, un examen minucioso de la CĆ”bala revela que en realidad precede a la TorĆ”. Como una enseƱanza pagana, continuĆ³ existiendo despuĆ©s de la revelaciĆ³n de la TorĆ” y se extendiĆ³ entre los seguidores del judaĆ­smo. Es por eso por lo que JesĆŗs fue tan agresivo con los fariseos, ya que ciertas sectas entre ellos eran seguidores de la CĆ”bala.

Durante miles de aƱos, la CĆ”bala ha sido un recurso para hechiceros y practicantes de magia negra y ahora disfruta de un fuerte seguimiento en todo el mundo, no solo en la comunidad judĆ­a. Los templarios eran uno de esos grupos, dedicados a la investigaciĆ³n de la CĆ”bala con el objetivo de adquirir poderes sobrenaturales. Estaban interesados ​​en establecer relaciones continuas con los cabalistas en JerusalĆ©n y en Europa, una opiniĆ³n ampliamente aceptada por los investigadores que trabajan en el tema.

El Reconocimiento de Roma

Con nuevos miembros uniĆ©ndose a su orden, los templarios pronto entraron en una fase de rĆ”pido crecimiento. En 1120, Foulgues d'Angers se convirtiĆ³ en caballero templario y tambiĆ©n Hugo, Conde de ChampaƱag, en 1125.

El enigma que rodeaba la orden y sus enseƱanzas mĆ­sticas llamĆ³ la atenciĆ³n de muchos aristĆ³cratas europeos. En el Concilio de Troyes en 1128, el Papado reconociĆ³ oficialmente el orden de los Templarios, lo que ayudĆ³ aĆŗn mĆ”s a su crecimiento.

El reconocimiento de Roma de los templarios estĆ” relacionado en la revista masĆ³nica turca, Mimar Sinan, esta dice:

“Para obtener la aprobaciĆ³n de la orden por parte del papado, el Gran Maestro Hugues de Payens, acompaƱado por cinco caballeros, visitĆ³ al Papa Honorio II. El Gran Maestre presentĆ³ dos cartas, una del patriarca de JerusalĆ©n, la otra del rey Baudoin II, en las que establecĆ­a la honorable misiĆ³n de la orden, sus servicios al cristianismo y muchas otras buenas obras. El 13 de enero de 1128, el Consejo de Troyes se reuniĆ³. Estuvieron presentes muchos funcionarios de alto rango de la Iglesia, incluidos el abad de Citeaux, Etienne Harding y Bernardo, el abad de Clairvaux. El Gran Maestro presentĆ³ su caso una vez mĆ”s. Se acordĆ³ que la Iglesia reconocerĆ­a oficialmente la orden bajo el nombre de ‘Pobres CompaƱeros Soldados de Cristo’. Bernardo fue comisionado para preparar una regla para los Templarios. Entonces, la orden fue fundada oficialmente."

Sobre el desarrollo y progreso de la orden, la persona mƔs importante es, sin duda, San Bernardo (1090-1153).

ConvirtiĆ©ndose en abad de Clairvaux a la joven edad de 25 aƱos, habĆ­a ascendido a la jerarquĆ­a de la Iglesia CatĆ³lica para convertirse en un respetable portavoz de la Iglesia, influyente con el Papa y el Rey francĆ©s. Hay que aƱadir que era primo de AndrĆ© de Montbard, uno de los fundadores de la orden.

La regla de los templarios fue escrita de acuerdo con los principios de la orden cisterciense a la que pertenecĆ­a San Bernardo, los templarios adoptaron las reglas y la organizaciĆ³n de esta orden monĆ”stica. Pero la mayor parte de su gobierno nunca fue mĆ”s allĆ” de ser escrito y reconocido: los templarios continuaron en sus prĆ”cticas no cristianas que la Iglesia habĆ­a prohibido estrictamente.

Es completamente posible que San Bernardo haya sido engaƱado y que nunca haya sabido la verdad sobre los templarios que, aprovechando su confiabilidad y estatus en la Iglesia y en toda la Europa cristiana, lo usaron para sus propios fines. EscribiĆ³ una valoraciĆ³n favorable de la orden, De Laude Novae Militae (Elogio de la Nueva CaballerĆ­a) tras las persistentes solicitudes del Gran Maestro Hugues de Payens para que lo haga. Alrededor de ese tiempo, San Bernardo se habĆ­a convertido en la segunda persona mĆ”s influyente en la cristiandad, despuĆ©s del Papa.

Una fuente ilustra la importancia del apoyo de Bernard a los templarios:

“El documento de San Bernardo, De Laude Novae Militae, barriĆ³ la cristiandad como un tornado, y en poco tiempo aumentĆ³ el nĆŗmero de reclutas templarios. Al mismo tiempo, donaciones, obsequios y legados de monarcas y barones de toda Europa llegaban regularmente a la puerta de los templarios. Con una rapidez asombrosa, la pequeƱa banda de nueve caballeros se convirtiĆ³ en lo que llamamos Templarios, Inc."

Con este documento, los templarios obtuvieron privilegios sin precedentes no otorgados a otras Ć³rdenes y, segĆŗn Alan Butler y Stephen Dafoe, conocidos por su investigaciĆ³n en este campo, se convirtieron en la organizaciĆ³n militar, comercial y financiera mĆ”s exitosa en la Europa medieval. A medida que su leyenda y renombre se extendieron de boca en boca, se convirtieron en una empresa multinacional con recursos financieros y de capital aparentemente ilimitados y diez miles de empleados capacitados.

Los reclutas y las ofertas de dinero y tierra llegaron de todas partes. Pronto, numerosos presbiterios, castillos, granjas e iglesias fueron construidos y ocupados por los caballeros templarios y sus sirvientes. Los templarios equiparon barcos, creando una marina mercante y de combate. Con el tiempo, se convirtieron en los guerreros, viajeros, banqueros y financieros mƔs famosos de su Ʃpoca.

Las letras de cambio permitieron que el cƩlebre comercio de lana de Florencia floreciera en la Edad Media

En resumen, los templarios eran una entidad autĆ³noma que solo respondĆ­a al Papa, sin obligaciĆ³n de pagar cuotas a ningĆŗn rey, gobernante o diĆ³cesis. Su riqueza aumentĆ³ dĆ­a a dĆ­a. En las Tierras Santas, el poder de la orden era legendario y continuĆ³ hasta la caĆ­da de Acre (1291). Controlaron las rutas de envĆ­o desde Europa a Palestina utilizadas por los peregrinos, pero todo esto constituĆ­a solo una fracciĆ³n de las actividades generales de los templarios.

HabĆ­an entrado en la escena como los "Pobres compaƱeros soldados de Cristo", pero ninguna descripciĆ³n podrĆ­a haber sido menos precisa. Entre sus filas se encontraban las personas mĆ”s ricas de Europa: los principales banqueros de Londres y ParĆ­s, entre cuyos clientes estaban Blanche de Castilla, Alphonso de Poitiers y Robert de Artois. Los ministros de finanzas de Jaime I de AragĆ³n, y Carlos I de NĆ”poles y el principal asesor de Luis VII de Francia fueron todos templarios.

Para el aƱo 1147, 700 caballeros y 2.400 sirvientes de la orden estaban estacionados en JerusalƩn. En todo el mundo conocido, 3.468 castillos se habƭan convertido en propiedad de los templarios. Habƭan establecido puestos comerciales y rutas tanto en tierra como en el mar, habƭan ganado botines de las guerras en las que participaban. Entre los estados de Europa, eran un poder polƭtico para tener en cuenta, a menudo llamados a arbitrar entre gobernantes en tiempos de conflicto.

Simplemente estaban en todas partes, incluso jugando un papel en la firma de la Carta Magna de Inglaterra.

Habiendo acumulado una gran riqueza, fueron los banqueros mƔs poderosos de su tiempo y tambiƩn la mayor fuerza de combate en Occidente. Los templarios comisionaron y financiaron catedrales, mediaron en transacciones internacionales e incluso suministraron chambelanes a las casas gobernantes de Europa.

Usureros de Alto Nivel

SegĆŗn Alan Butler y Stephen Dafoe, Los templarios eran expertos financieros, que utilizaban tĆ©cnicas comerciales bastante desconocidas en la Europa de su Ć©poca. Claramente habĆ­an aprendido muchas de estas habilidades de fuentes judĆ­as, pero tendrĆ­an mucha mĆ”s libertad para extender su imperio financiero, de una manera que cualquier financista judĆ­o del perĆ­odo habrĆ­a envidiado enormemente.

Aunque la usura estaba estrictamente prohibida, no tenĆ­an miedo de prestar dinero con intereses. Los templarios habĆ­an adquirido tanta riqueza, y el poder que la acompaƱaba, que nadie se atreviĆ³ a hablar en contra de ellos ni a hacer nada al respecto. Esto se les subiĆ³ tanto a la cabeza que se salieron de control. Fueron desobedientes a los reyes y al Papa y, en algunos casos, incluso desafiaron su autoridad. En 1303, por ejemplo, pocos aƱos antes de que se liquidara su orden, rechazaron una solicitud de asistencia del rey francĆ©s Felipe IV, asĆ­ como su solicitud posterior en 1306 de que la orden de los templarios se fusionara con los Hospitalarios.

Viajar podrĆ­a ser una empresa peligrosa en el siglo XII. En el camino, las personas podrĆ­an ser asaltadas por bandidos en cualquier lugar y en cualquier momento. El transporte de dinero, asĆ­ como otros productos preciosos esenciales para el comercio, era particularmente arriesgado. Fuera de esta situaciĆ³n, los templarios hicieron una fortuna mediante un sistema bancario bastante simple. Por ejemplo, si un comerciante quisiera ir de Londres a ParĆ­s, primero irĆ­a a la oficina de los templarios en Londres y entregarĆ­a su dinero. A cambio, le daban un papel con un mensaje codificado escrito por ellos. A su llegada a ParĆ­s, podrĆ­a entregar esta nota a cambio del dinero que habĆ­a pagado en Londres, menos una tarifa e intereses. AsĆ­ se completaba la transacciĆ³n.

Junto con los comerciantes, los peregrinos ricos tambiĆ©n hicieron uso de este sistema. Los "cheques" emitidos por los templarios en Europa podrĆ­an ser cobrados a su llegada a Palestina, menos un alto cargo de intereses por este servicio. En El Templo y La Logia, los coautores Michael Baigent y Richard Leigh explican la dimensiĆ³n econĆ³mica de los templarios, registrando que el comienzo de la banca moderna se remonta a ellos, y que ninguna otra organizaciĆ³n contribuyĆ³ tanto como los templarios al ascenso del capitalismo.

La historia registra que los banqueros florentinos inventaron "cuentas corrientes", pero los templarios usaban este mĆ©todo de transferencia de dinero mucho antes. En general, se acepta que el capitalismo surgiĆ³ por primera vez en la comunidad judĆ­a de Ɓmsterdam, pero mucho antes que ellos, los templarios habĆ­an establecido su propio capitalismo medieval, incluida la banca basada en intereses. Prestaron dinero en tasas de interĆ©s de hasta el 60% y controlaron una proporciĆ³n importante del flujo de capital y la liquidez en la economĆ­a de Europa.

Utilizando mƩtodos muy similares a los de un banco privado moderno, obtuvieron ganancias tanto del comercio como de la banca, asƭ como de donaciones y conflictos armados. Se hicieron tan ricos como la compaƱƭa multinacional que, en efecto, eran.

Hubo un tiempo en que las respectivas oficinas de los templarios en ParĆ­s y Londres controlaban y administraban las finanzas de las monarquĆ­as inglesa y francesa, y tanto las familias reales francesas como las inglesas debĆ­an enormes cantidades de dinero a los templarios. Los reyes de Europa estaban literalmente a su merced, con la esperanza de pedir dinero prestado, y la mayorĆ­a de los hogares reales habĆ­an llegado a depender de la orden. Esto les permitiĆ³ manipular a los reyes y sus polĆ­ticas nacionales para sus propios fines.

El Origen de lo GĆ³tico

DespuĆ©s de que Inocencio II fuera elegido Papa con el respaldo de San Bernardo, otorgĆ³ a los templarios el derecho de construir y administrar sus propias iglesias. Esta fue la primera vez en la historia de la Iglesia, que gobernĆ³ como un poder absoluto en ese momento.

Este privilegio significaba que, a partir de ahora, los templarios solo debĆ­an responder ante el Papa y estar fuera del alcance de otras autoridades, incluidos reyes y gobernantes menores. TambiĆ©n redujo sus responsabilidades con el papado, permitiĆ©ndoles juzgar, imponer sus propios impuestos y recaudarlos. AsĆ­ podrĆ­an realizar sus ambiciones mundanas sin ninguna presiĆ³n de la Iglesia.

En el proceso de planificaciĆ³n de sus iglesias, desarrollaron su propio estilo de arquitectura, mĆ”s tarde conocido como estilo "gĆ³tico". En La SeƱal y el Sello, Graham Hancock afirma que la arquitectura gĆ³tica naciĆ³ en 1134 con la construcciĆ³n de la torre norte de la catedral de Chartres. La persona detrĆ”s de este trabajo de arquitectura fue San Bernardo, el mentor y lĆ­der espiritual de los Templarios. Le pareciĆ³ importante que esta construcciĆ³n simbolizara en piedra el enfoque cabalĆ­stico y el esoterismo que los templarios valoraban tanto.

Catedral gĆ³tica de Chartres en Francia.

Como escribiĆ³ Graham Hancock, San Bernardo, el patrĆ³n de los templarios,

"JugĆ³ un papel formativo en la evoluciĆ³n y difusiĆ³n de la fĆ³rmula arquitectĆ³nica gĆ³tica en sus primeros dĆ­as (habĆ­a estado en el apogeo de sus poderes en 1134 cuando la torre de la catedral de Chartres se habĆ­a construido, y Ć©l habĆ­a enfatizado constantemente los principios de la geometrĆ­a sagrada que se habĆ­an puesto en prĆ”ctica en esa torre y en todo el maravilloso edificio."

Todo el edificio habĆ­a sido diseƱado cuidadosa y explĆ­citamente como una clave de los misterios religiosos mĆ”s profundos. Por lo tanto, por ejemplo, los arquitectos y masones habĆ­an utilizado GematrĆ­a (un antiguo cifrado hebreo que sustituye los nĆŗmeros para las letras del alfabeto) para "comunicar", frases litĆŗrgicas oscuras en muchas de las dimensiones clave del gran edificio. Del mismo modo, los escultores y trabajadores del vidrio, trabajando bajo las instrucciones del clero superior, ocultaron cuidadosamente mensajes completos sobre la naturaleza humana, sobre el pasado y sobre el significado profĆ©tico de las Escrituras en miles de diferentes dispositivos y diseƱos que habĆ­an creado.

CorrupciĆ³n de los Templarios

Misioneros modestos, luchando por el cristianismo, asĆ­ fue como los templarios se presentaron a la gente comĆŗn. Sin ser merecidos, fueron percibidos como santos de gran virtud, mentores del cristianismo, dedicados a ayudar a los pobres y los necesitados. Es sorprendente que lograron crear una imagen tan positiva mientras llevaban vidas contrarias a las enseƱanzas de Cristo y, en el camino, adquirĆ­an estatus y riqueza a travĆ©s de donaciones, comercio, banca e incluso saqueos. Los pocos que descubrieron su verdadera identidad no se atrevieron a hablar en contra de esta poderosa orden. Felipe, rey de Francia, temĆ­a los peligros que su fortaleza financiera podrĆ­a crear para Ć©l.

Ya era hora de desenmascarar a los templarios. Como explica un escritor masĆ³nico del siglo XVIII:

“La guerra, que para el mayor nĆŗmero de guerreros de buena fe demostrĆ³ ser la fuente de cansancio, pĆ©rdidas y desgracias, se convirtiĆ³ para ellos [los Templarios] solo en la oportunidad de botĆ­n y engrandecimiento, y si se distinguĆ­an por algunas acciones brillantes, su motivo pronto dejĆ³ de ser dudoso cuando se vio que se enriquecĆ­an incluso con el botĆ­n de los confederados, para aumentar su crĆ©dito en la medida de las nuevas posesiones que habĆ­an adquirido, para llevar la arrogancia al punto de rivalizar con los coronados prĆ­ncipes en pompa y grandeza, para rechazar su ayuda contra los enemigos de la fe ... y finalmente aliarse con ese prĆ­ncipe horrible y sanguinario llamado el Viejo de la MontaƱa, PrĆ­ncipe de los Asesinos".

Los Templarios se hicieron cada vez mĆ”s seguros e impertinentes en sus prĆ”cticas y en la difusiĆ³n de sus enseƱanzas, confiando en la imagen injustificadamente positiva que habĆ­an logrado crear en toda la sociedad. Esto a su vez condujo a un aumento en el nĆŗmero de personas que presenciaron su perversiĆ³n y comenzaron a susurrar al respecto.

¿QuĆ© podrĆ­an estar haciendo los templarios detrĆ”s de las puertas cerradas de sus palacios? La avaricia, la inhumanidad, la codicia y el celo de los caballeros, ya conocidos, despertaron la curiosidad de los lugareƱos, el clero y la monarquĆ­a. El Papado estaba casi seguro de que este grupo, que ya no podĆ­a controlar, estaba viviendo una vida irreligiosa y abusando de los privilegios que se les habĆ­a otorgado.

Rumores y quejas circularon sobre los templarios. Hubo acusaciones cada vez mĆ”s creĆ­bles que participaron en prĆ”cticas prohibidas y otros malhumores y por eso operaban bajo estricto secreto. La gente habĆ­a comenzado a susurrar de ritos secretos realizados en sus palacios, rituales de adoraciĆ³n satanista y varias relaciones inmorales. Todos estos rumores se combinaron con hechos reales quĆ© siervos en palacios templarios y personas que vivĆ­an en las cercanĆ­as de ellos fueron testigos e informados.

Pero ¿dĆ³nde se originaron estas perversiones? Durante su tiempo en Medio Oriente, los templarios habĆ­an establecido y mantenido contacto con sectas mĆ­sticas pertenecientes a diferentes religiones y denominaciones, incluidos hechiceros. Se sabe que tenĆ­an vĆ­nculos estrechos con hashashins (nizarĆ­es o “asesinos”) que, aunque influyentes, se consideraron una secta pervertida por la poblaciĆ³n musulmana.

De ellos, los templarios habĆ­an aprendido algunas enseƱanzas mĆ­sticas y estrategias bĆ”rbaras, asĆ­ como tambiĆ©n cĆ³mo organizar una secta. Los niveles superiores de la orden en particular tambiĆ©n se habĆ­an familiarizado e incorporado a su prĆ”ctica, creencias basadas en las enseƱanzas mĆ­sticas de la CabalĆ”, la influencia de los bogomilos y luciferinos, dejando atrĆ”s el cristianismo. SegĆŗn los templarios, JesĆŗs era un dios que gobernaba en otro mundo, con poco o ningĆŗn poder en el presente. SatanĆ”s era el seƱor de este mundo material.

Los candidatos a la orden debĆ­an negar a Dios, Cristo y los santos, cometer actos sacrĆ­legos, escupir y orinar en una cruz, ser besados ​​en la boca con el "Oscolum Infame" o "El beso de la vergĆ¼enza" en el ombligo y las nalgas de los Caballeros Templarios mĆ”s antiguos durante la ceremonia de iniciaciĆ³n. Practicaban libremente la homosexualidad y otras perversiones sexuales.

IlustraciĆ³n de un manuscrito medieval en el que los templarios son acusados ​​de sodomĆ­a. “Templario besa a un clĆ©rigo” de Jacques de Longuyon.

IlustraciĆ³n de un manuscrito medieval en el que los templarios son acusados de sodomĆ­a. “Templario besa a un clĆ©rigo” de Jacques de Longuyon.

Los templarios veneraban al ƭdolo de Baphomet; un demonio con cabeza de cabra, cuya imagen se convertirƭa mƔs tarde en el sƭmbolo de La Iglesia de SatanƔs. Del Diccionario de lo Oculto y Sobrenatural de Peter Underwood:

“Baphomet era la deidad adorada por los Caballeros Templarios, y en la magia negra era la fuente y creadora del mal; la cabra satĆ”nica del Sabbath.”

TambiĆ©n veneraban crĆ”neos humanos e Ć­dolos de gatos. El consenso entre los historiadores es que todas estas figuras son objetos de culto satĆ”nico. El demonio Baphomet ha sido desde entonces objeto de veneraciĆ³n satĆ”nica. Los detalles sobre Baphomet fueron luego transmitidos por Eliphas Levi; un cabalista y ocultista del siglo XIX, cuyos dibujos ilustran que Baphomet tiene la cabeza de una cabra con dos caras y un cuerpo humano alado que es femenino por encima de la cintura y cuya mitad inferior es masculina.

La mayorĆ­a de los templarios confesaron que no creĆ­an en JesĆŗs porque lo consideraban "un falso profeta"; el papado se encontrĆ³ en una situaciĆ³n difĆ­cil, sin saber quĆ© hacer. Clemente V, elegido Papa en 1305, estaba tratando de calcular el daƱo al cristianismo y, por lo tanto, al Vaticano y cĆ³mo minimizar sus efectos. Al mismo tiempo, tuvo que poner fin a la presiĆ³n constante de las diĆ³cesis regionales y el Rey de Francia. Mientras tanto, en Chipre, Jacques de Molay, lĆ­der de los templarios, estaba haciendo preparativos para la guerra, ya que la orden no habĆ­a perdido la esperanza de regresar a Oriente Medio. Fue llamado a Francia y el Papa le ordenĆ³ que investigara estas acusaciones.

Todo esto, sin embargo, era inaceptable para el rey francĆ©s. RĆ”pidamente aprobĆ³ una nueva ley, bajo la cual hizo arrestar a los templarios. El 13 de octubre de 1309, fueron acusados ​​en los tribunales con los siguientes cargos:

  1. Que durante la ceremonia de iniciaciĆ³n, los nuevos hermanos debĆ­an negar a Cristo, a Dios, la virgen o los santos por orden de quienes los recibĆ­an.
  2. Que los hermanos cometieron varios actos sacrĆ­legos en la cruz o en una imagen de Cristo.
  3. Que los iniciados practicaran besos obscenos en nuevos ingresantes, en la boca, el ombligo o las nalgas.
  4. Que los sacerdotes de la orden no consagraron al ejƩrcito, y que los hermanos no creƭan en los sacramentos.
  5. Que los hermanos practicaban la adoraciĆ³n de Ć­dolos de un gato o una cabeza.
  6. Que los hermanos alentaron y permitieron la prƔctica de la sodomƭa.
  7. Que el Gran Maestro, u otros funcionarios, absolvieron a otros templarios de sus pecados.
  8. Que los templarios celebraran sus ceremonias de iniciaciĆ³n y reuniones en secreto y de noche.
  9. Que los templarios abusaron de los deberes de caridad y hospitalidad y utilizaron medios ilegales para adquirir propiedades y aumentar su riqueza.

DespuĆ©s de sus confesiones en las cortes del rey francĆ©s, el Papa mismo interrogĆ³ a los templarios. Se les pidiĆ³ que hicieran un juramento para decir la verdad y luego, proceder a confirmar que sus confesiones anteriores eran verdaderas: que rechazaron creer en JesĆŗs, que escupieron en la santa cruz y cometieron todos los demĆ”s actos de perversiĆ³n que habĆ­an admitido.

El interrogatorio de los templarios culminĆ³ en la disoluciĆ³n de su orden. En 1314, el Gran Maestro Jacques de Molay fue quemado en la hoguera. Los templarios que habĆ­an logrado escapar del arresto huyendo a otros paĆ­ses fueron perseguidos en toda la cristiandad.

Otros paĆ­ses, como Italia y Alemania, hicieron lo mismo, arrestaron e interrogaron a los templarios que podĆ­an detener. Pero por varias razones, algunos paĆ­ses ofrecieron refugio a los templarios. El 10 de noviembre de 1307, el inglĆ©s Eduardo II de Inglaterra le escribiĆ³ al Papa que no perseguirĆ­a a los templarios y que en su paĆ­s permanecerĆ­an a salvo. Pero dos aƱos mĆ”s tarde, despuĆ©s de interrogar a los templarios, el Papa emitiĆ³ una bula papal declarando que las "iniquidades indescriptibles de los templarios y los crĆ­menes abominables de herejĆ­a notoria" habĆ­an "llegado al conocimiento de casi todos". Al leerlo, el rey Eduardo acordĆ³ enjuiciar a los templarios.

Finalmente, en el Consejo de Vienne en Francia en 1312, la Orden de los Caballeros Templarios fue oficialmente declarada ilegal en toda Europa, y los templarios capturados fueron castigados. El 22 de marzo, Clemente V emitiĆ³ una Bula Papal bajo el nombre de Vox en Excelso (Una voz desde las alturas), en la que se declarĆ³ que la orden se disolviĆ³ y, en papel, al menos, su existencia se borrĆ³ de los registros oficiales:

“... ¡Hark, una voz de la gente de la ciudad! ¡Una voz del templo! La voz del SeƱor rindiendo recompensa a sus enemigos. El profeta se ve obligado a exclamar: SeƱor, dales una matriz estĆ©ril y senos secos. Su inutilidad ha sido revelada por su malicia. SĆ”calos de tu casa y deja que se sequen sus raĆ­ces; que no den fruto, y que esta casa no sea mĆ”s un escollo de amargura o una espina para herir.

... De hecho, hace un tiempo, sobre el momento de nuestra elecciĆ³n como pontĆ­fice supremo antes de venir a Lyon para nuestra coronaciĆ³n, y luego, tanto allĆ­ como en otras partes, recibimos indicaciones secretas contra el maestro, los preceptores y otros hermanos de la orden de los Caballeros Templarios de JerusalĆ©n y tambiĆ©n contra la orden misma.

... La iglesia sagrada romana honrĆ³ a estos hermanos y la orden con su apoyo especial, los armĆ³ con la seƱal de la cruz contra los enemigos de Cristo, les rindiĆ³ los mĆ”s altos tributos de su respeto y los fortaleciĆ³ con varias exenciones y privilegios; y experimentaron de muchas y diversas maneras su ayuda y la de todos los cristianos fieles con repetidos dones de propiedad. Por lo tanto, fue contra el seƱor Jesucristo mismo que cayeron en el pecado de la apostasĆ­a impĆ­a, el vicio abominable de la idolatrĆ­a, el crimen mortal de los sodomitas y varias herejĆ­as".

Los Templarios Bajo Tierra

Liquidar la orden de los templarios resultĆ³ mĆ”s difĆ­cil de lo previsto. Aunque el Gran Maestro de Molay y muchos de sus hermanos habĆ­an sido eliminados, la orden sobreviviĆ³, aunque pasĆ³ a la clandestinidad. Solo en Francia, se encontraron mĆ”s de 9,000 representantes y en los paĆ­ses de Europa, miles de castillos y otras fortalezas todavĆ­a estaban en su poder.

RepresentaciĆ³n de Jaques de Molay siendo ejecutado en la hoguera.

SegĆŗn fuentes histĆ³ricas de la Ć©poca, la InquisiciĆ³n habĆ­a capturado y castigado solo 620 de un total de 2,000 caballeros. Desde entonces, se ha estimado que el gran total real de los caballeros estaba en la cantidad de 20,000, cada uno de los cuales tenĆ­a un equipo de siete u ocho templarios de otras profesiones a su servicio. Un cĆ”lculo simple basado en ocho templarios por caballero nos da un nĆŗmero total de 160,000 organizando y llevando a cabo las actividades de la orden, incluidos el envĆ­o y el comercio.

El Papa y el Rey francĆ©s no pudieron localizar y confiscar todos sus bienes. Esta red de miembros activos en toda Europa y a lo largo de la costa mediterrĆ”nea, 160,000, fue la mayor fuerza logĆ­stica de su tiempo. En tĆ©rminos de propiedad, podrĆ­an estar a la altura de cualquier rey y esta riqueza garantizaba su protecciĆ³n y seguridad.

A pesar de la afirmaciĆ³n del papado de que los templarios habĆ­an sido aniquilados, no solo sobrevivieron a la InquisiciĆ³n yendo a la clandestinidad, sino que continuaron siendo activos, especialmente en Inglaterra, Escocia y el norte de Europa: para llevar a cabo sus actividades con seguridad, los templarios que escaparon de la persecuciĆ³n y el arresto en Francia y algunos otros paĆ­ses de Europa necesitaban reagruparse en alguna parte. Inicialmente eligieron la confederaciĆ³n de cantones ahora conocida como Suiza. La influencia de los templarios en la formaciĆ³n y la tradiciĆ³n de Suiza todavĆ­a se puede reconocer fĆ”cilmente hoy en dĆ­a. Alan Butler, un masĆ³n y coautor de Los Guerreros y los Banqueros es un experto en el tema de los templarios. En un foro de discusiĆ³n celebrado en 1999, dijo:


“Hay algunas razones importantes por las que esto [que los Caballeros Templarios fueron a Suiza despuĆ©s de su liquidaciĆ³n] probablemente haya sido el caso. Por ejemplo:

  1. La fundaciĆ³n de la Suiza embrionaria se ajusta exactamente al perĆ­odo en que los templarios fueron perseguidos en Francia.
  2. Suiza estĆ” justo al este de Francia y habrĆ­a sido particularmente fĆ”cil para los hermanos templarios que huĆ­an de toda la regiĆ³n de Francia.
  3. En la historia de los primeros cantones suizos, hay historias de caballeros de bata blanca que aparecen misteriosamente y ayudan a los lugareƱos a ganar su dominio e independencia contra la dominaciĆ³n extranjera.
  4. Los templarios eran grandes en banca, agricultura e ingenierĆ­a (de un tipo temprano). Estos mismos aspectos pueden verse como factores del comienzo y la evoluciĆ³n gradual de los estados separados que eventualmente serĆ­an Suiza.
  5. La famosa Cruz Templaria se incorpora a las banderas de muchos de los cantones suizos. Al igual que otros emblemas, como llaves y corderos, que fueron particularmente importantes para los caballeros templarios.”

 

Un nĆŗmero significativo de templarios tambiĆ©n encontrĆ³ refugio en Escocia, la Ćŗnica monarquĆ­a en la Europa del siglo XIV que no reconociĆ³ la autoridad de la Iglesia catĆ³lica. ReorganizĆ”ndose bajo la protecciĆ³n del rey Roberto I de Escocia, pronto encontraron el camuflaje perfecto para ocultar su existencia en las Islas BritĆ”nicas, fuera de los gobiernos estatales y locales. Las logias de los masones fueron las organizaciones mĆ”s poderosas de la Ć©poca, y los templarios primero se infiltraron en ellas y luego las pusieron bajo control. Las logias que habĆ­an sido de corte altruista se convirtieron en organizaciones ideolĆ³gicas y polĆ­ticas, que son las logias masĆ³nicas de hoy. Esto es lo que los masones llaman "progreso de la masonerĆ­a operativa a la especulativa".

La iglesia conocida como "Capilla Rosslyn" cerca de Edimburgo en Escocia es reconocida como un sĆ­mbolo de las creencias paganas herĆ©ticas de los templarios. En el curso de la construcciĆ³n de este edificio, se emplearon masones y rosacruces, los sucesores de los templarios, y decoraron toda la capilla con sĆ­mbolos representativos de su filosofĆ­a pagana.

En una publicaciĆ³n de la masonerĆ­a turca, la revista Mimar Sinan, los orĆ­genes masĆ³nicos y los elementos paganos de la capilla se describen en estas palabras:

“La prueba mĆ”s convincente de la unidad de los templarios y los masones en Escocia es el castillo y la capilla en el pueblo de Roslin, a 10 km. sur de Edimburgo y 15 km. del antiguo centro templario en Balantrodoch. Los templarios vivieron en esta regiĆ³n y en este castillo, especialmente despuĆ©s de 1312, bajo la protecciĆ³n de los Barones de St. Clair ... La capilla fue construida entre 1446 y 1448 por Sir William St. Clair, uno de los nobles mĆ”s prominentes del tiempo en Escocia e incluso en Europa. Masones y Rosacruces trabajaron en la construcciĆ³n. El principal arquitecto de la obra fue el Gran Maestro Templario, Sir William St. Clair, que trajo arquitectos itinerantes y albaƱiles de todas partes de Europa. Se construyeron nuevas casas en el pueblo cercano de Roslin y se abriĆ³ un albergue”.


Fundamentos en la CƔbala

El libro escrito por dos masones, Christopher Knight y Robert Lomas, titulado Las Claves Secretas de Hiram revela algunos hechos importantes sobre las raĆ­ces de la masonerĆ­a. SegĆŗn estos autores, es evidente que la masonerĆ­a es una continuaciĆ³n de los templarios. Aunque, ademĆ”s de esto, los autores tambiĆ©n examinaron los orĆ­genes de los templarios.

SegĆŗn su tesis, los templarios experimentaron un gran cambio mientras estaban en JerusalĆ©n. En lugar del cristianismo, adoptaron otras doctrinas. En la raĆ­z de esto yace un secreto que descubrieron en el templo de SalomĆ³n en JerusalĆ©n, cuyas ruinas se habĆ­an propuesto investigar. Los escritores explican que los templarios utilizaron su pretendido papel de protectores de los peregrinos cristianos que visitaban Palestina como pretexto, pero que su objetivo real era bastante diferente:

"No hay evidencia de que estos templarios fundadores alguna vez protegieran a los peregrinos, pero por otro lado pronto descubrimos que hay pruebas concluyentes de que realizaron excavaciones extensas bajo las ruinas del Templo de Herodes".

Los escritores de Las Claves Secretas de Hiram argumentan que estas excavaciones de los templarios no fueron sin resultado; que la orden descubriĆ³ en JerusalĆ©n ciertas reliquias que cambiaron la forma en que veĆ­an el mundo. AdemĆ”s, muchos investigadores tienen la misma opiniĆ³n. Debe haber habido algo que llevĆ³ a los templarios, a pesar de que previamente habĆ­an sido cristianos y provenĆ­an de una parte cristiana del mundo, a adoptar un sistema de creencias y una filosofĆ­a tan completamente diferente de la del cristianismo, celebrar misas herĆ©ticas, y realizar rituales de magia negra.

SegĆŗn las opiniones comunes de muchos investigadores, este "algo" era la CĆ”bala.

El significado de la palabra CĆ”bala es "tradiciĆ³n oral". Las enciclopedias y los diccionarios lo definen como una rama esotĆ©rica y mĆ­stica de la religiĆ³n judĆ­a. SegĆŗn esta definiciĆ³n, la CĆ”bala investiga el significado oculto de la TorĆ” y otros escritos religiosos judĆ­os. Pero, cuando examinamos el asunto mĆ”s de cerca, descubrimos que los hechos son otra cosa. Estos hechos nos llevan a la conclusiĆ³n de que la CĆ”bala es un sistema arraigado en la idolatrĆ­a pagana; que existĆ­a antes de la TorĆ”, y se generalizĆ³ dentro del judaĆ­smo despuĆ©s de que se revelĆ³ la TorĆ”.

El Ɣrbol de la vida cabalƭstico.

El historiador judƭo, Theodore Reinach, dice que la CƔbala es:

"Un veneno sutil que entra en las venas del judaĆ­smo y lo infesta por completo".

Salomon Reinach define la CƔbala como,

"Una de las peores aberraciones de la mente humana".

La razĆ³n de la afirmaciĆ³n de Reinach de que la CĆ”bala es "una de las peores aberraciones de la mente humana" es que su doctrina estĆ” relacionada en gran parte con la magia. Durante miles de aƱos, la CĆ”bala ha sido una de las piedras angulares de todo tipo de ritual mĆ”gico. Se cree que los rabinos que estudian la CĆ”bala poseen un gran poder mĆ”gico. AdemĆ”s, muchos no judĆ­os han sido influenciados por la esta, y han tratado de practicar la magia empleando sus doctrinas. Las tendencias esotĆ©ricas que se afianzaron en Europa a finales de la Edad Media, especialmente las practicadas por los alquimistas, tienen sus raĆ­ces, en gran medida, en la CĆ”bala. Albert Pike, citando la magia trascendental, resume asĆ­ la importancia del cabalismo como clave del esoterismo masĆ³nico:

"Uno estĆ” lleno de admiraciĆ³n, al penetrar en el Santuario de la CĆ”bala, al ver una doctrina tan lĆ³gica, tan simple y al mismo tiempo tan absoluta. La uniĆ³n necesaria de ideas y signos, la consagraciĆ³n de las realidades mĆ”s fundamentales por los caracteres primitivos; la trinidad de palabras, letras y nĆŗmeros; una filosofĆ­a simple como el alfabeto, profunda e infinita como la Palabra; teoremas mĆ”s completos y luminosos que los de PitĆ”goras; una teologĆ­a resumida contando con los dedos; un Infinito que se puede sostener en el hueco de la mano de un bebĆ©; diez cifras y veintidĆ³s letras, un triĆ”ngulo, un cuadrado y un cĆ­rculo, estos son todos los elementos de la CĆ”bala. ¡Estos son los principios elementales de la Palabra escrita, reflejo de esa Palabra hablada que creĆ³ el mundo!"
- Morales y Dogma, 1871.

La teologĆ­a hebrea se dividiĆ³ en tres partes distintas. El primero era la ley, el segundo era el alma de la ley, y el tercero era el alma del alma de la ley. La ley fue enseƱada a todos los hijos de Israel; la MishnĆ”, o el alma de la ley, fue revelada a los rabinos y maestros; pero la CĆ”bala, el alma del alma de la ley, estaba astutamente oculta, y solo los mĆ”s altos iniciados entre los judĆ­os fueron instruidos en sus principios secretos.

SegĆŗn ciertos mĆ­sticos judĆ­os, MoisĆ©s ascendiĆ³ al Monte SinaĆ­ tres veces, permaneciendo en la presencia de Dios cuarenta dĆ­as cada vez. Durante los primeros cuarenta dĆ­as, las tablas de la ley escrita fueron entregadas al profeta; durante los segundos cuarenta dĆ­as recibiĆ³ el alma de la ley; y durante los Ćŗltimos cuarenta dĆ­as Dios lo instruyĆ³ en los misterios de la CĆ”bala, el alma del alma de la ley. MoisĆ©s ocultĆ³ en los primeros cuatro libros del Pentateuco las instrucciones secretas que Dios le habĆ­a dado, y durante siglos los estudiosos del cabalismo han buscado allĆ­ la doctrina secreta de Israel.

Como la naturaleza espiritual del hombre estĆ” oculta en su cuerpo fĆ­sico, la ley no escrita, la MishnĆ” y la CĆ”bala, estĆ” oculta dentro de las enseƱanzas escritas del cĆ³digo mosaico.

CĆ”bala (Kabbalah) significa la tradiciĆ³n secreta u oculta, la ley no escrita, y de acuerdo con uno de los primeros rabinos, se le entregĆ³ al hombre para que, con la ayuda de sus principios abstrusos, pudiera aprender a comprender el misterio del universo sobre Ć©l y el universo dentro de este.

El origen del cabalismo es un tema legĆ­timo de controversia. Los primeros iniciados de los misterios cabalĆ­sticos creĆ­an que sus principios fueron enseƱados por Dios por primera vez a una escuela de sus Ć”ngeles antes de la caĆ­da del hombre. Los Ć”ngeles luego le comunicaron los secretos a AdĆ”n, de modo que, a travĆ©s del conocimiento obtenido de la comprensiĆ³n de sus principios, la humanidad caĆ­da podrĆ­a recuperar su estado perdido. El Ɓngel Raziel fue enviado del cielo para instruir a AdĆ”n en los misterios de la CĆ”bala. Se emplearon diferentes Ć”ngeles para iniciar a los sucesivos patriarcas en esta difĆ­cil ciencia. Tophiel era el maestro de Sem, Rafael de Isaac, MetatrĆ³n de MoisĆ©s y Miguel de David.

Christian D. Ginsburg ha escrito:

"De AdĆ”n pasĆ³ a NoĆ©, y luego a Abraham, el amigo de Dios, que emigrĆ³ con Ć©l a Egipto, donde el patriarca permitiĆ³ que una parte de esta misteriosa doctrina se derramara. Fue asĆ­ como los egipcios obtuvieron algo de conocimiento de Ć©l, y las otras naciones orientales podrĆ­an introducirlo en sus sistemas filosĆ³ficos. MoisĆ©s, que aprendiĆ³ con toda la sabidurĆ­a de Egipto, se iniciĆ³ por primera vez en la tierra de su nacimiento, pero se volviĆ³ mĆ”s competente durante sus andanzas en el desierto, cuando no solo dedicĆ³ a Ć©l las horas de ocio de los cuarenta aƱos completos, sino que recibiĆ³ lecciones de uno de los Ć”ngeles. MoisĆ©s tambiĆ©n iniciĆ³ a los setenta ancianos en los secretos de esta doctrina y nuevamente los transmitieron de mano a mano. De todos los que formaron la lĆ­nea continua de tradiciĆ³n, David y SalomĆ³n fueron los mĆ”s iniciados en la CĆ”bala".

SegĆŗn Eliphas Levi, los tres mejores libros del cabalismo son el Sepher Yetzirah, El libro de la formaciĆ³n; el Sepher ha Zohar, El libro del esplendor; y Apocalipsis, El libro de las Revelaciones.

Las fechas de redacciĆ³n de estos libros no estĆ”n en absoluto establecidas. Los cabalistas declaran que el Sepher Yetzirah fue escrito por Abraham. Aunque es, con mucho, el mĆ”s antiguo de los libros cabalĆ­sticos, probablemente fue de la pluma del rabino Akiba, 120 d.C.

Los templarios financiaron amplios estudios de CĆ”bala, tuvieron tratos amistosos con musulmanes y Ć”rabes, incluida la absorciĆ³n de partes del ocultismo Ć”rabe, investigaron y utilizaron muchas formas de magia, rituales y, en general, tuvieron sus manos en cada arte (oscuro) imaginable. Aquellos que creen en la magia real atribuyen su Ć©xito a los artefactos mĆ”gicos adquiridos a travĆ©s de SalomĆ³n, y dicen que el ascenso al poder asombrosamente rĆ”pido de los templarios se debiĆ³ a la magia negra genuina, al uso de poderes divinos, o a ambos.

Otros autores ademĆ”s de Levi (es decir, Gavin Baddeley) tambiĆ©n repiten el mismo tema general, que los caballeros templarios (que idearon la primera versiĆ³n del Baphomet, mĆ”s tarde adoptado como el Sello principal de la Iglesia de SatanĆ”s) fueron originalmente cristianos que se convirtieron en traficantes de poder, magos negros, completamente corruptos y adoradores del diablo.

En La Historia de la Magia de Eliphas Levi (1860), el autor dice:

"Cuando una Orden rica y disoluta, iniciada en las misteriosas doctrinas de la CĆ”bala, parece estar dispuesta a recurrir a la autoridad legĆ­tima, a los principios conservadores de la jerarquĆ­a, amenazando al mundo entero con una revoluciĆ³n gigantesca".

John J. Robinson da un excelente relato de los caballeros templarios en su simpƔtico libro, Nacido en Sangre: Los Secretos Perdidos de la Masonerƭa.

“En 1188, despuĆ©s de que los cruzados tomaron el control de Tierra Santa, Hugh de Payens, un vasallo del conde de Champagne solicitĆ³ permiso al rey Balduino II para establecer una nueva orden religiosa: Al patriarca de JerusalĆ©n hicieron votos de pobreza, castidad y obediencia ... este nuevo orden se dedicarĆ­a por completo a la protecciĆ³n militar de los peregrinos a los lugares santos ... En los siglos venideros, se los referirĆ­a como la Orden del Templo, los Caballeros del Templo de SalomĆ³n en JerusalĆ©n, y una serie de otras variaciones. Sin embargo, dos cosas permanecieron estĆ”ndar: cualquiera que sea la forma de su nombre, siempre se basĆ³ en el Templo de SalomĆ³n, y siempre ocuparon el segundo lugar con el nombre popular que aĆŗn llevan, los Caballeros Templarios".

Por supuesto, cualquier persona familiarizada con la masonerĆ­a apreciarĆ­a esta Ćŗltima declaraciĆ³n, porque la masonerĆ­a afirma estar fundada sobre la construcciĆ³n del Templo de SalomĆ³n.

ConclusiĆ³n

Robinson establece firmemente la afirmaciĆ³n de que los caballeros templarios huyeron de las persecuciones combinadas del rey Felipe de Francia y el papa Clemente V, huyendo a Inglaterra y Escocia, y renombrĆ”ndose a sĆ­ mismos masones. Las conclusiones de Robinson en Nacido en Sangre: Los Secretos Perdidos de la MasonerĆ­a cuentan con el apoyo de varias autoridades masĆ³nicas,

"Si solo hay un libro que lees sobre los inicios de la masonerƭa, recomiendo este. Es un relato fascinante de los Caballeros Templarios despuƩs de la muerte de DeMolay en 1313, hasta el establecimiento de la Gran Logia de Inglaterra en 1717".
- Las Noticias MasĆ³nicas de Montana.

"Este no es un buen libro: es excelente. Pero serĆ” odiado por muchos, incluida la iglesia catĆ³lica romana, fanĆ”ticos religiosos, algunos ritualistas masĆ³nicos y algunos 'historiadores' masĆ³nicos".
- Los Philalethes

"Este es un libro fascinante. Es lo mejor que he leĆ­do sobre la masonerĆ­a que haya sido escrito por un no MasĆ³n. EstĆ” excepcionalmente bien investigado ... Lo recomiendo de todo corazĆ³n".
- El MasĆ³n de Maine

John Robinson no solo concluye que la masonerĆ­a descendiĆ³ directamente de los caballeros templarios, sino que tambiĆ©n el venerado lĆ­der y autor de la masonerĆ­a, Albert Pike. En su libro, Morales y Dogma del Antiguo y Aceptado Rito EscocĆ©s, Pike afirma:

"Por lo tanto, era que la Espada y la Paleta eran la insignia de los Templarios, quienes posteriormente, como se verĆ”, se ocultaron bajo el nombre de ‘Hermanos Masones’. Este nombre, Freres Macons en francĆ©s, que fue adoptado como referencia secreta para los Constructores del Segundo Templo, fue corrompido en inglĆ©s en Freemasons (masones libres) ... "
- PƔgina 816

Gracias por leer Obras Oscuras de los Templarios, espero que este artĆ­culo le hayan proporcionado informaciĆ³n Ćŗtil sobre las obras de los caballeros templarios, asĆ­ como su conexiĆ³n con la masonerĆ­a y la importancia de la cĆ”bala en las sociedades secretas actuales. No olvide compartir este material con sus familiares y cercanos.

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