Por Leonardo M. // Ritual y Propaganda
№ 31Estimado lector,
El libro de ZacarÃas narra de forma impactante como Jesucristo descenderá del cielo y pondrá sus pies sobre un lugar en especÃfico (ZacarÃas 14:4). Este lugar es el Monte de los Olivos, en Jerusalén. Tal elevación de 826 metros es donde Jesucristo ascendió a los cielos hace más de 2,000 años, lo que asegura que asà como se fue, Él volverá (Hechos 1:6-12). Pero el escenario profético continua.
"Y se afirmarán sus pies en aquel dÃa sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur."La profecÃa describe que cuando Jesucristo ponga sus pies sobre el Monte de los Olivos, este se partirá en dos. Podemos entender que en ese dÃa ocurrirá un gran terremoto en Jerusalén, uno tan fuerte que la elevación natural se dividirá como nunca antes. Pero este será solo el inicio de grandes cambios en la topografÃa de Palestina (ZacarÃas 14:8). Aquà podemos ver el monte en la actualidad.
—ZacarÃas 14:4
En este lugar se encuentra en el Huerto de Getsemanà donde Jesús oró (Mateo 26:36). En el Monte de los Olivos, Cristo enseñó a sus discÃpulos y como se mencionó al principio, sus pies dejaron la tierra para ascender al cielo (Lucas 24: 50-52). En aquel monte también descansa la tumba del profeta ZacarÃas, concretamente en un antiguo cementerio judÃo.
Se tienen dos posibilidades respecto a los detalles de la profecÃa, Cristo podrÃa marcar una gran lÃnea que corte el monte y se extienda hasta Azal (lugar no muy claro en la actualidad). También se podrÃa tomar en cuenta la mención de "y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur", lo que indicarÃa otra separación al monte ya dividido. Si esto es asÃ, Jesucristo habrÃa formado una cruz gigante en el lugar de su llegada. Sea que solo parta el sitio histórico en dos partes o dibuje la señal de su sacrificio, el evento será de proporciones asombrosas.
El contexto que da ZacarÃas 14 y otros profetas es que el valle resultante de tal cataclismo, abrirá paso al remanente judÃo que en ese momento estará siendo perseguido por el Anticristo y sus ejércitos (Federación europea de diez naciones). Ellos tendrán que huir de Jerusalén. Estamos hablando del final de la Tribulación, y podemos decir que Jesucristo descenderá para combatir contra las naciones y su armamento de fuego.
El evento también nos recuerda la rebelión de Coré y sus compañeros en contra de Moisés, quienes terminaron siendo tragados por la Tierra en una apertura gigante que mando Dios, producto de un terremoto (Números 16:23-34). Solo que esta vez el resultado será un valle creado a forma de escape, más como la apertura del Mar Rojo en el libro del Éxodo. Este tipo de señales eran comunes en el Antiguo Testamento y volverán a serlo en el tiempo de la Tribulación.
Debemos entender también que cuando ZacarÃas menciona, "pondrá sus pies en el monte de los Olivos", él se refiere al mismo Yahvé o YHWH (ZacarÃas 14:3). Los profetas del Antiguo Testamento tenÃan poca comprensión de cómo el Cristo serÃa también Dios. ZacarÃas vivió 500 años antes de Jesucristo, por lo que tal idea de sus pies sobre el monte, no alcanza su entendimiento pleno hasta después del nacimiento del MesÃas.
Aquel dÃa, que es descrito en la Biblia como el DÃa del Señor, estará marcado por otro evento sobrenatural, el capÃtulo continúa explicando que el cielo en ese dÃa mostrará un tipo de crepúsculo, que se mantendrá incluso de noche. Por lo que podemos concluir que su regreso y la batalla del Armagedón se darán bajo la luz de un amanecer perpetuo. Un cielo naranja-rojizo. Será un fenómeno astronómico muy interesante, que quizá involucre una alteración en el eje de la Tierra.
"Y acontecerá que en ese dÃa no habrá luz clara, ni oscura. Será un dÃa, el cual es conocido de Jehová, que no será ni dÃa ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz."El regreso del Señor a la Tierra será algo que nuestros ojos nunca vieron, ni nuestros oÃdos jamás oyeron (1 Corintios 2:9). Cristo aparecerá desde las nubes del cielo con sus santos, ante la vista atónita del mundo entero, y mucho de lo que aún no entendemos sobre el DÃa del Señor se aclarará en ese dÃa. Ya no vendrá como cordero a morir, sino como guerrero, sobre un caballo blanco y empuñando una espada para traer la justicia y el dominio eterno.
—ZacarÃas 14:6-7
Gracias por leer el newsletter de esta semana. No olvide compartir el material con sus familiares y cercanos.
Leonardo M.
PD: Este mensaje fue enviado vÃa email. SuscrÃbase aquÃ: