Por Leonardo M. // Ritual y Propaganda
№ 32Estimado lector,
Ciertos hombres escogidos por Dios lograron predecir el futuro con precisiĂłn. Esto es gracias al espĂritu de Dios que les permitiĂł hacerlo, muchas veces pagando este mandato con sus vidas. Las profecĂas más dramáticas de la Biblia apuntan a la venida del MesĂas-Salvador, profecĂas que se cumplieron con tanta precisiĂłn que no cabe duda de que apuntaban a una sola persona: JesĂşs de Nazaret.
En GĂ©nesis 3:15, Dios anuncia que en el futuro vendrá “la simiente de la mujer”, y se menciona su cumplimiento en Gálatas 4:4, casi 4,000 años despuĂ©s, refiriĂ©ndose a Cristo como aquel “nacido de mujer”.
En GĂ©nesis 12:3 se profetiza que, a travĂ©s del linaje de Abraham, "todas las familias de la Tierra serĂan bendecidas". En Mateo 1:1 JesĂşs es anunciado como el "hijo de Abraham", remarcando su genealogĂa y su rol como salvador del mundo.
En GĂ©nesis 49:10 se asegura que “No será quitado el cetro de Judá", refiriĂ©ndose a una de las doce tribus de Israel, de la cual vendrĂa el MesĂas prometido. Vemos en Lucas 3:33 que se describe a Cristo como "hijo de Judá".
En IsaĂas 9:6-7 se profetiza al futuro MesĂas sentado "sobre el trono de David". Leemos en Lucas 1:32 que JesĂşs recibirá, en un sentido literal, "el trono de David, su padre".
Miqueas 5:2 anuncia el lugar de nacimiento del MesĂas: "BelĂ©n… de ti saldrá… Señor de Israel". Casi 500 años despuĂ©s, Lucas 2:4-7 habla sobre el lugar de nacimiento de JesĂşs, “a la ciudad de David, que se llama BelĂ©n… y dio a luz a su hijo primogĂ©nito".
IsaĂas 7:14 profetiza que “la virgen concebirá”. En Mateo 1:23, el ángel le dice a Jose en sueños “Una virgen concebirá y dará luz a un hijo”, en referencia a su futura esposa y madre del MesĂas.
Dios habla a travĂ©s de David en Salmos 2:7 y dice “TĂş eres mi hijo”. Alrededor de 460 años en el futuro, en Mateo 3:17 se escucha una voz en el cielo que dice “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia”.
IsaĂas 53:3 profetiza que el MesĂas será “despreciado y desechado”. Casi 750 años despuĂ©s, Juan 1:11 menciona que “Los suyos no le recibieron”, refiriĂ©ndose al pueblo judĂo rechazando a Cristo.
Las profecĂas son como piezas de un rompecabezas. Cada uno presenta un elemento distinto de la vida de Cristo, pero el cuadro completo solo se puede ver despuĂ©s de su cumplimiento. Las caracterĂsticas divinas del prĂncipe venidero, nos revela a uno que es más que un simple hombre. Él era hijo de David (humano) e Hijo de Dios (divino) al mismo tiempo.
Dios planeĂł nuestra redenciĂłn desde el jardĂn de EdĂ©n (GĂ©nesis 3:15), siendo la muerte y resurrecciĂłn de JesĂşs uno de los eventos más importantes de la historia. No sorprende que Dios nos dĂ© las señales de sus planes a lo largo de la cronologĂa humana.
El hecho de que las profecĂas siempre se hayan cumplido de manera exacta y detallada nos asegura que, en cuanto a las profecĂas aĂşn no cumplidas, Cristo vendrá de nuevo tal como lo dijo (Juan 14:1-3). Sabemos, por tanto, que el futuro está bajo el control de Dios.
Gracias por leer el newsletter de esta semana. No olvide compartir el material con sus familiares y cercanos.
Leonardo M.
Ciertos hombres escogidos por Dios lograron predecir el futuro con precisiĂłn. Esto es gracias al espĂritu de Dios que les permitiĂł hacerlo, muchas veces pagando este mandato con sus vidas. Las profecĂas más dramáticas de la Biblia apuntan a la venida del MesĂas-Salvador, profecĂas que se cumplieron con tanta precisiĂłn que no cabe duda de que apuntaban a una sola persona: JesĂşs de Nazaret.
"Es necesario que se cumplan todas las cosas que están escritas en la ley de MoisĂ©s y en los profetas y en los salmos acerca de mĂ.”Él mismo “les abriĂł el entendimiento para que comprendieran las Escrituras" (Lucas 24:45). JesĂşs estaba declarando que todo el Antiguo Testamento (ley, profetas, salmos) predijeron los detalles de su propia vida. Solo el evangelio de Mateo hace más de 60 referencias a estas profecĂas, enfatizando su cumplimiento en Cristo. Tales mensajes eran sobrenaturales, no naturales.
–Lucas 24:44
En GĂ©nesis 3:15, Dios anuncia que en el futuro vendrá “la simiente de la mujer”, y se menciona su cumplimiento en Gálatas 4:4, casi 4,000 años despuĂ©s, refiriĂ©ndose a Cristo como aquel “nacido de mujer”.
En GĂ©nesis 12:3 se profetiza que, a travĂ©s del linaje de Abraham, "todas las familias de la Tierra serĂan bendecidas". En Mateo 1:1 JesĂşs es anunciado como el "hijo de Abraham", remarcando su genealogĂa y su rol como salvador del mundo.
En GĂ©nesis 49:10 se asegura que “No será quitado el cetro de Judá", refiriĂ©ndose a una de las doce tribus de Israel, de la cual vendrĂa el MesĂas prometido. Vemos en Lucas 3:33 que se describe a Cristo como "hijo de Judá".
En IsaĂas 9:6-7 se profetiza al futuro MesĂas sentado "sobre el trono de David". Leemos en Lucas 1:32 que JesĂşs recibirá, en un sentido literal, "el trono de David, su padre".
Miqueas 5:2 anuncia el lugar de nacimiento del MesĂas: "BelĂ©n… de ti saldrá… Señor de Israel". Casi 500 años despuĂ©s, Lucas 2:4-7 habla sobre el lugar de nacimiento de JesĂşs, “a la ciudad de David, que se llama BelĂ©n… y dio a luz a su hijo primogĂ©nito".
IsaĂas 7:14 profetiza que “la virgen concebirá”. En Mateo 1:23, el ángel le dice a Jose en sueños “Una virgen concebirá y dará luz a un hijo”, en referencia a su futura esposa y madre del MesĂas.
Dios habla a travĂ©s de David en Salmos 2:7 y dice “TĂş eres mi hijo”. Alrededor de 460 años en el futuro, en Mateo 3:17 se escucha una voz en el cielo que dice “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia”.
IsaĂas 53:3 profetiza que el MesĂas será “despreciado y desechado”. Casi 750 años despuĂ©s, Juan 1:11 menciona que “Los suyos no le recibieron”, refiriĂ©ndose al pueblo judĂo rechazando a Cristo.
Las profecĂas son como piezas de un rompecabezas. Cada uno presenta un elemento distinto de la vida de Cristo, pero el cuadro completo solo se puede ver despuĂ©s de su cumplimiento. Las caracterĂsticas divinas del prĂncipe venidero, nos revela a uno que es más que un simple hombre. Él era hijo de David (humano) e Hijo de Dios (divino) al mismo tiempo.
Dios planeĂł nuestra redenciĂłn desde el jardĂn de EdĂ©n (GĂ©nesis 3:15), siendo la muerte y resurrecciĂłn de JesĂşs uno de los eventos más importantes de la historia. No sorprende que Dios nos dĂ© las señales de sus planes a lo largo de la cronologĂa humana.
El hecho de que las profecĂas siempre se hayan cumplido de manera exacta y detallada nos asegura que, en cuanto a las profecĂas aĂşn no cumplidas, Cristo vendrá de nuevo tal como lo dijo (Juan 14:1-3). Sabemos, por tanto, que el futuro está bajo el control de Dios.
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Leonardo M.
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