Entronizado entre los poderosos querubines

ago 13, 2023
Por Leonardo M. // Ritual y Propaganda
№ 64

Estimado lector,

Esto podría considerarse una extensión del estudio de Apocalipsis de la semana pasada y la parte 2 del newsletter № 47.

“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines,”
–Isaías 37:16

Tales seres rodean de cerca a Dios y le sirven como porteros y guardias de honor. David declaró que el Señor está entre los querubines (Salmo 80:1). También que los querubines llevan a Dios cuando Él viaja por los cielos, literalmente, cabalga sobre un querubín (Salmo 18:10).

En su visión del cielo, Juan vio cuatro querubines con rostros de león, de becerro, de hombre, y de águila, cada uno con seis alas y estaban “llenos de ojos alrededor y por dentro” (Apocalipsis 4:6-8).



Casi 700 años antes, en el 593 a.C., el profeta Ezequiel también había visto a estas criaturas celestiales. El describe de forma similar a estos seres que corrían y se movían como si fueran relámpagos (Ezequiel 1:4-14).

Es interesante que Juan describe a los querubines como cuatro criaturas distintas, cada uno con la cara respectiva de estos animales, teniendo cada uno seis alas. Pero Ezequiel describe a cada querubín con cuatro caras y cuatro alas. No siendo tan exacto a la descripción de Juan. Esto puede tener dos explicaciones:

  1. Que hay diferentes tipos de querubines.
  2. Que estas criaturas pueden alterar su apariencia, tal como lo hizo Jesús cuando "se apareció en otra forma" (Marcos 16:12).

Otro hecho interesante es que los querubines parecen estar estrechamente identificados con los toros/becerros o seres con cuernos sobre sus cabezas. Note en el siguiente versículo cómo se usa la palabra querubín para reemplazar la palabra “becerro”:

“Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: una cara era la de un querubín, la segunda la cara de un ser humano, la tercera la cara de un león, y el cuarto, cara de águila”
–Ezequiel 10:14

El profeta también identifica que los querubines, en lugar de pies, tienen las pezuñas propias de algunos mamíferos, principalmente los ungulados.

"Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido."
–Ezequiel 1:6-7

Posiblemente los querubines tienen también cuerpos de toros, pero a la vez Ezequiel dice que “tenían forma humana” (Ezequiel 1:5). Una vez más, podría ser porque son capaces de alterar su apariencia.

Quizás por esta habilidad de cambiar de forma, Satanás puede disfrazarse de ángel de luz (2 Corintios 11:14). No olvidemos que este querubín llamado Lucifer es también retratado con cuernos y patas de becerro en el satanismo. De aquí proviene la imagen del Baphomet.

Otros señalan que los asirios y los antiguos mesopotámicos ya adoraban criaturas humanoides con cuerpos de toros, a veces con cuerpos de leones, con alas de águila y cabezas humanas.



Pero los querubines bíblicos no son meras copias de religiones paganas, es probable que los asirios y otros paganos de la antigüedad tuvieran débiles conceptos de los querubines y los copiaran. Su vago conocimiento podría venir de la era anti-diluviana.

Ezequiel no fue la primera persona en ver a los querubines. Después de que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, Dios colocó querubines al oriente del Jardín del Edén (Génesis 3:24).

Moisés también los vio. El santuario o tabernáculo que dio instrucciones para construir era figura y sombra de lo que está en el cielo. Por eso Moisés fue advertido que haga todo según el modelo mostrado (Hebreos 8:5).

Debido a esto, Moisés dio especificaciones exactas para los querubines que cubrían el propiciatorio (Hebreos 9:5). Hizo que los artesanos crearan querubines de oro para cubrir el arca del pacto (Éxodo 25:18-20).

Dios había advertido: “No te harás ídolo, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo” (Éxodo 20:4). Pero la prohibición de hacer imágenes no se aplicó en este caso, quizás porque no se estaba haciendo estas imágenes como objetos de adoración.

También Dios les ordenó que decoraran las cortinas del Tabernáculo con querubines bordados (Éxodo 36:8). Así mismo, unos 480 años después, cuando Salomón construyó el primer Templo, él lo llenó de réplicas y querubines tallados (1 Reyes 6:27-29).

"Hizo también en el oráculo dos querubines de madera de oliva, cada uno de altura de diez codos. La una ala del querubín tenía cinco codos, y la otra ala del querubín otros cinco codos: así que había diez codos desde la punta de la una ala hasta la punta de la otra."
–1 Reyes 6:23-24

El hecho de que los querubines estuvieran representados en todo el Templo significaba que eran importantes, por lo que Dios hizo todo lo posible para enfatizarlos.

Hay otros seres misteriosos en el cielo llamados serafines (Isaías 6:1-4; Isaías 6-7). Este nombre proviene de la palabra hebrea serafín, que significa "quemar", por lo que serafines probablemente significa "los que arden".

La descripción de Isaías de su visión de los serafines se vuelve muy similar a la de Juan y Ezequiel de los querubines. Seres que se cubren con alas y tienen una presencia intimidante.



Pero la palabra saraph también se traduce en la Biblia como “serpiente voladora” (Isaías 14:29, Isaías 30:6) y como “serpientes ardientes” (Números 21:6). En el último caso, se refiere a serpientes venenosas que mordían a los israelitas en el desierto.

Sin embargo, no hay evidencia clara de que los serafines tuvieran una apariencia de serpiente. Como los querubines, estos no son ángeles, sino un tipo distinto de ser celestial.

Gracias por leer el newsletter de esta semana.

Leonardo M.

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