Modo Oscuro

Si cavaren hasta el infierno

oct 4, 2025
Por Leonardo M. // Ritual y Propaganda
№ 78

Estimado lector,

Lo máximo que ha descendido el hombre en la profundidad de la tierra es un poco más de 4 kilómetros, en la Mina de Oro Mponeng en Sudáfrica. Pero esto representa una nada de la profundidad terrestre. Para ser exactos, es un 0.063% de la distancia necesaria para llegar al centro de la Tierra.

Lo que los científicos no saben, es que si continúan descendiendo se encontrarán con lo que la Biblia llama Hades, Seol o infierno.

El término infierno aparece 42 veces en la Biblia, e involucra un fuego real que quema y nunca se apaga (Deuteronomio 32:22; Mateo 5:22, Mateo 18:9; Marcos 9:43-47; Santiago 3:6; Revelación 20:14), siendo un evidente lugar de tormento (Lucas 16:28).

Hablamos de un lugar designado para los condenados, y que funciona como prisión de las almas. El profeta Amos apuntó hacia abajo para señalar el infierno:
"Si cavaren hasta el infierno, de allá los tomará mi mano; y si subieren hasta el cielo, de allá los haré descender"
–Amos 9:2
Otros pasajes indican que el infierno está ubicado "en el corazón de la tierra" (Mateo 12:40; Hechos 2:27-31; Proverbios 7:27; Isaías 5:14; Ezequiel 31:16-27). La Biblia deja claro que el centro de la tierra está ardiendo a grandes temperaturas.
"Tierra de la cual saldrá pan, y debajo de ella estará como convertida en fuego."
–Job 28:5
Aunque es evidente que solo quienes mueren sin ser salvos terminan en el infierno (Salmo 55:15), este lugar físico ya se ha abierto antes para tragarse a Coré y sus seguidores rebeldes (Números 16:33), y se abrirá de nuevo en la futura Tribulación para liberar una plaga de demonios (Revelación 9:2, Revelación 11:7).



El origen del infierno fue el resultado de la devastación que sobrevino tras el juicio de Dios sobre Lucifer, "el querubín grande, que cubre" (Ezequiel 28:14). Este juicio involucró un cambio en la geografía universal. El infierno se colocó en el centro de la tierra cuando Lucifer fue expulsado de su posición.

Aunque Satanás no está encerrado en el infierno ahora, lo estará en el futuro, durante el tiempo del Milenio (Revelación 20:1-3). Los ángeles caídos si están en el infierno, “reservados al juicio” (2 Pedro 2:4), y en el Juicio del Trono Blanco, el infierno será “lanzado en el lago de fuego” (Revelación 20:14).

Relacionado a esto, la Biblia enseña que el hombre tiene cuerpo, alma y espíritu (1 Tesalonicenses 5:23). Al morir, el alma se separa del cuerpo (Génesis 35:18; Lucas 12:20; 2 Corintios 12:2-3; Filipenses 1:23). En toda la historia las almas perdidas van al infierno cuando el cuerpo muere (Salmo 9:17; 55:15; Lucas 16:22-23).

Incluso cuando un hombre justo moría antes de la Era de la Iglesia, iba al “paraíso” si era gentil (Lucas 23:43) y al “seno de Abraham” si era judío (Lucas 16:22).

Jesús dijo que después de morir, estaría "tres días y tres noches en el corazón de la tierra" (Mateo 12:40). Cuando Jesús murió, su cuerpo fue a la tumba (Mateo 27:60), su espíritu fue a Dios (Lucas 23:46) y su alma fue al infierno (Hechos 2:27). Sin embargo, su alma no fue al infierno a sufrir como lo hacen los malvados.



Con este acto Jesucristo cumplia con la profecía de Isaías 61 que declaraba que Él, como el Mesías, predicaría libertad a los cautivos (Lucas 4:18).

Cuando descendió a las partes más bajas de la tierra (Efesios 4:9), llevó cautiva la cautividad y predicó también a los muertos (1 Pedro 4:6; Efesios 4:8), haciéndoles saber que su redención estaba completa. Luego subió del centro de la tierra hacia el tercer cielo.
"Y el que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes inferiores de la tierra?"
–Efesios 4:8
En el Hades Cristo también predicó a los espíritus encarcelados (1 Pedro 3:19). Estos espíritus provienen de la época de Noé (1 Pedro 3:20) y podrían ser los hijos caídos de Dios (Génesis 6:2-4), ya que a los ángeles también se les llama espíritus (Hebreos 1:7), y sabemos que los ángeles caídos están reservados para juicio en prisiones eternas (2 Pedro 2:4; Judas 6).

También es posible que tales espíritus encarcelados sean los descendientes de “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres”, llamados Nefilim (Génesis 6:1-4).

En resumen, basándonos en múltiples versículos, el centro de la tierra que arde en llamas es real, pero más relevante aún, el Señor Jesucristo hizo la obra completa para librarnos de este destino de tormento.

No olvide compartir el material con sus familiares y cercanos desde este enlace. Saludos y buena semana.

PD: Este mensaje fue enviado vía email. Suscríbase aquí: